De las moscas de la plaza pública. Friedrich Nietzsche
Por Benjamín Cervantes Romero ¡Refúgiate en tu soledad, amigo mío! Te veo aturdido por el ruido de los grandes hombres y acribillado por los aguijones de los mediocres. En tu compañía sabrán callarse con dignidad la selva y las rocas. Aseméjate de nuevo al árbol que amas, al árbol de frondoso ramaje; suspendido sobre el mar; él te escucha silencioso. La plaza pública comienza también donde termina la soledad. Y donde comienza la plaza pública comienza también el ruido de los grandes histriones y el zumbido de las moscas venenosas. Nada valen las mejores cosas del mundo sin alguien que las represente. Grandes hombres llama el pueblo a estos representantes. Comprende mal el pueblo lo que es grande, es decir, lo que crea. Pero tiene un sentido para todos los representantes, para todos los histriones de las grandes cosas. Alrededor de los inventores de los nuevos valores gira el mundo; gira invisiblemente. Alrededor de los histriones giran el pueblo y la gloria; así "va el mundo&q
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